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Entrevista a Pablo López

Coordinador de la carrera Ingeniería en Petróleo de la UNAJ

“Podríamos dejar de ser un país ‘con petróleo’ para convertirnos en un país petrolero”

 

Por Damián Ierace, Andrea Romero y Julio Longa

A fines del año pasado el gobierno aprobó un proyecto para explorar un sector del Mar Argentino conocido como Cuenca Argentina Norte, donde se supone existen importantes yacimientos de hidrocarburos. Según especialistas, de confirmarse, el hallazgo podría traducirse en un avance concreto hacia el autoabastecimiento energético y en una importante fuente de divisas provenientes de la exportación del petróleo excedente. Sin embargo, la noticia provocó reacciones a favor y en contra, en distintos sectores de la sociedad incluida la comunidad científica, y el rechazo de Ong’s ambientalistas que advirtieron sobre el posible impacto ambiental de la iniciativa.

A pesar de la decisión política del gobierno de avanzar, el proyecto estuvo frenado desde el mes de febrero por una medida cautelar dictada por el Juzgado Federal Nº 2 de Mar del Plata que dio lugar a una presentación impulsada por el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro y organizaciones ambientalistas.

Mientras el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible inició el proceso de Consulta Temprana sobre el pozo exploratorio Argerich, a ejecutarse en el mar argentino a 300 km de la costa de Mar del Plata, un fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata habilitó el proyecto de exploración offshore en el Mar Argentino, dejando sin efecto la cautelar que había suspendido las operaciones.

Pablo López es ingeniero, coordinador de la carrera de Ingeniería en Petróleo de la Universidad Nacional Arturo Jauretche y asesor de la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Nación. En diálogo con Tesis explica las características del proyecto, su visión sobre el real impacto ambiental que podría tener de concretarse y sus implicancias para el desarrollo energético y productivo del país.

¿De qué trata el proyecto y cuál es la importancia de la iniciativa?

El mundo, a pesar de estar en transición energética tiene una fuerte dependencia de los combustibles fósiles. En el mundo el promedio es de 85 % de combustibles fósiles para generar energía. En Argentina estamos en un nivel similar, con la ventaja de que tenemos muy poco consumo de carbón y mucha producción y consumo de gas. Esto es lo que nos diferencia con la matriz energética de otros lugares del mundo, que tienen una participación del carbón mucho más importante (lo cual genera más gases de efecto invernadero más que los combustibles fósiles). Con lo cual nuestra matriz energética comparada con la mundial está relativamente bien como para encarar la transición.

Argentina no es un país petrolero, es un país con petróleo, pero tenemos una cantidad de superficie, tanto en territorio como en mar, todavía inexplorada. En el mar hay más de un millón de kilómetros cuadrados que no se han explorado.

En el Mar Argentino han ocurrido dos fenómenos importantes que vale la pena destacar: uno, debido a una presentación de la Cancillería Argentina, en el año 2009 Naciones Unidas aprobó una solicitud de extensión de la plataforma continental más allá de las 200 millas, argumentada en fundamentos geológicos, o sea, el subsuelo que está más allá de las 200 millas pertenece a la misma formación geológica que la plataforma continental con lo cual se considera que eso también es territorio argentino.

La Cuenca Argentina Norte, concretamente, está en territorio de jurisdicción nacional, fuera de las 12 millas de la provincia de Buenos Aires y fuera de las 200 millas que habitualmente se toman como plataforma continental.

El otro es que en los últimos diez años ha habido descubrimientos muy importantes de yacimientos de características similares a las que pensamos encontrar nosotros en Brasil, frente a la costa de Río de Janeiro, en Guyana, en Namibia y en Sudáfrica.

El proyecto que ha sido aprobado a fines del año pasado (y que ahora se va a complementar con dos proyectos más para audiencia pública, uno para la construcción de un pozo exploratorio y otro para exploración sísmica en otro bloque) se basa en estudios preliminares que permiten predecir que habría una reserva importante de hidrocarburos fundamentalmente líquidos en el subsuelo de la plataforma continental argentina.

Si bien no se han hecho todavía exploraciones se supone que ahí hay petróleo.

Sí, por los estudios sísmicos que se han hecho, y por algunas analogías con esos otros lugares del Océano Atlántico, de características muy similares, en los que se han encontrado yacimientos muy importantes.

¿Este tipo de exploración es nueva en nuestro país?

El off shore en Argentina se viene desarrollando desde los años 70, sobre todo en la cuenca austral, frente a Tierra del Fuego y Santa Cruz. Se han perforado más de 180 pozos, hay 36 en producción. El 17% del gas que llega a consumo en Argentina sale de la producción off shore de la cuenca austral. Son cuencas que están en desarrollo desde hace más de treinta años sin incidentes.

¿El mismo tipo de proceso que se haría en la Cuenca Argentina Norte?

No, es relativamente diferente. Este es un proceso bastante más complejo. El proceso que se lleva a cabo en la zona de la cuenca Austral es en aguas de baja profundidad, cercanas a la costa y pertenecientes a jurisdicción provincial. El proyecto que ha sido aprobado a fines del año pasado es una exploración en aguas profundas, a más de mil metros de profundidad. Hay que hacerlo con una tecnología diferente a la que se utiliza en tierra o en aguas someras o de baja profundidad.

¿Por qué es tan importante el tema? Se habla de un antes y un después para la Argentina en términos de desarrollo.

Por el impacto de la actividad; la perspectiva de producción da idea de volúmenes monstruosos. En una presunción preliminar estamos suponiendo que un solo yacimiento de los que podríamos encontrar ahí, podría producir igual cantidad que la que hoy está produciendo YPF en todo el territorio argentino. YPF produce unos 200 mil barriles por día; se estima que esa podría ser la producción de esos yacimientos costa afuera. Con lo cual YPF podría duplicar su producción. Estamos hablando de volúmenes monstruosos, de cantidades de dinero infernales, y eso nos permitiría, probablemente, dejar de ser un país con petróleo para pasar a ser un país petrolero.

A nosotros nos falta muy poco para autoabastecernos. Normalmente necesitamos comprar un poco de gas, un poco de gasoil en invierno, a veces vendemos algo en verano, la balanza comercial de los hidrocarburos está más o menos estabilizada, pero nunca llegamos a un autoabastecimiento pleno con excedentes para exportar. Esto es lo que permitiría el descubrimiento de un yacimiento de estas características. Además, si bien la tecnología para perforar y producir en aguas profundas es bien diferente a la que se usa para producir en tierra o en aguas someras, los yacimientos que se espera encontrar son yacimientos convencionales. No como Vaca Muerta, donde hay que trabajar un montón, perforar un montón, hacer fractura hidráulica. Acá simplemente sería ir a la roca donde está entrampado el hidrocarburo y sacarlo de manera convencional, con lo cual el costo de producción es mucho más económico a pesar de que el costo de un pozo es mucho más alto. La inversión es muy importante, la tecnología es muy importante pero las expectativas también lo son.

¿Están interviniendo empresas internacionales en el proyecto?

YPF sola no podría hacerlo. YPF ha hecho un gran desarrollo offshore en gabinetes, tiene una muy buena estructura de profesionales, muy buenos estudios, pero no tiene los equipos, aunque sabe cómo hacerlo. Entonces, lo que ha hecho es asociarse con las empresas más importantes del mundo especialistas en off shore: Equinor, que viene de la vieja Statoil, la empresa estatal noruega, que ha explorado mucho en el Mar del Norte; y British Petroleum, que ha explorado y producido en el Mar del Norte, Golfo de México y norte de Australia; que son las zonas productivas más importantes en offshore. Y ahora en la costa brasilera.

Equinor es la empresa líder en el mundo. Es una empresa que tiene características muy similares a YPF: tiene un modelo de negocios que funciona muy bien, muy prolijo, muy ordenado, y han generado un fondo soberano de reserva a partir de la producción de petróleo con sus descubrimientos en el Mar del Norte y en el Mar de Barens, que le han permitido hoy ser un país rico y líder en el desarrollo de nuevas tecnologías para la transición energética. Nosotros también tenemos que ir hacia la transición energética. No tenemos tanto apuro porque no somos grandes productores de gases de efecto invernadero: 0,7 % de los gases de efecto invernadero que se producen en el mundo salen de Argentina, con lo cual no es nuestra prioridad dejar de emitir carbono sino más bien hacernos de los recursos para mejorar la calidad de vida de nuestra gente, sacar de la pobreza al 40% que hoy tenemos pero, además, usar esos recursos para desarrollar las tecnologías que vienen en la transición energética, llámese baterías de litio, eólico, solar, etc.

Desde ese punto de vista me parece muy importante que Argentina sea capaz de suministrarle al mundo, por ejemplo, gas y petróleo para que China, Sudáfrica, Alemania, reemplacen el carbón por nuestros combustibles, que son más amigables para la transición, y ese podría ser nuestro aporte a la transición: proveer combustibles con menor impacto mientras dure la era del petróleo.

Por las características de este proyecto y sus similitudes con lo que ocurrió en otros países, hay una decisión política de actuar ahora. ¿Por qué no se actuó antes sobre esto? ¿Había posibilidades de verlo antes?

A pesar de que estos proyectos han tenido muchas interrupciones e idas y vueltas, hace muchos años que se están llevando adelante y podríamos decir que el desarrollo offshore es una política de Estado. La provisión de información para los llamados a licitación se hizo entre 2010 y 2015, se llamó a licitación en 2017, y este gobierno está adjudicando lo que el gobierno anterior licitó, con lo cual podríamos decir que acá hay una política de Estado. El problema ha sido económico pero, a pesar de las interrupciones, hay una continuidad en esto.

¿Cuál es el impacto ambiental del proyecto y qué opinás de las críticas que ha recibido?

En principio es importante distinguir cuáles son los plazos previstos para proyectos de esta magnitud. El proyecto requiere exploración sísmica, requiere la construcción de un pozo de exploración, después hay que tomar todos esos datos, estudiarlos durante un tiempo prolongado, definir si es una zona productiva comercialmente o no. Esto demanda 3 o 4 años en donde lo único que se hizo fue sísmica, es decir, emitir una señal acústica para que rebote en las distintas capas del subsuelo y a la vuelta esas señales se lean para que los geólogos puedan inferir qué tipo de roca hay ahí abajo y qué puede contener esa roca. Y, a lo sumo, un pozo exploratorio, en el cual no se espera producir sino lo que se hace es meter un gran “sacabocado” de unas 6 pulgadas de diámetro (unos 12 cm) para tomar muestras de las rocas, que son cilindros largos llamados “testigos corona”, esas muestras van al laboratorio, donde se determina si pueden o no contener reservas y ser explotadas. Recién entonces, en caso de que todo eso sea positivo, habrá que construir el primer pozo productor. Hasta ese momento las posibilidades de derrame son nulas, porque no hay intervención sobre el subsuelo, la única intervención que hay, de un pozo exploratorio, no tiene posibilidad de derrame porque son pozos que se construyen herméticamente para evitar que haya surgencia de gas, petróleo, etc.

Se han estudiado otros tipos de impacto. Los estudios de impacto ambiental que han presentado las empresas son muy buenos, presentan algunas deficiencias, pero son muy buenos: han estudiado muy bien la fauna y la vegetación marina, los perfiles de agua que hay en las zonas donde se desea explorar, el tránsito de especies, y se han tomado una cantidad de recaudos muy importantes para prevenir impactos sobre esas especies y sobre el recurso natural. La plataforma continental argentina tiene aproximadamente un millón y medio de kilómetros totales. Se han explorado ya más de 500 mil sin incidentes.

¿Por qué tiene tanta mala prensa la explotación del petróleo como combustible?

La industria petrolera no tiene los mejores pergaminos para mostrar respecto de su vínculo con el ambiente en el pasado. Y algunos de los incidentes más importantes que ha habido en la industria petrolera se han dado en el mar, con repercusiones ambientales y mediáticas muy importantes. Y con costos para las empresas responsables muy importantes. Hay antecedentes negativos, la gente tiene miedo y sospecha que eso va a volver a ocurrir. Si bien eso es verdad, han habido incidentes importantes, ninguno de ellos ha tenido consecuencias fatales e irremediables. Todos han podido ser remediados en el transcurso del tiempo. Y otra cosa muy importante: las empresas aprenden. Yo diría que, en algún sentido, aprenden más que las personas. Nosotros somos más sensibles a cometer los mismos errores. A las empresas les cuesta muy caro perder producción y les cuesta muy cara la imagen negativa que queda ante la sociedad. El impacto económico es muy importante, tanto es así que las puede dejar fuera de carrera. El derrame del Golfo de México casi funde a British Petroleum. Le costó algo así como 50 mil millones de dólares.

¿Qué impacto puede tener esto en la carrera de Ingeniería en Petróleo y en la formación de nuevos profesionales?

Yo estoy zambullido de cabeza en este proyecto justamente porque me interesa eso. Si este proyecto prospera, el principal beneficiario va a ser el Estado Nacional que va a cobrar las regalías provenientes de la exportación. Y el segundo beneficiario va a ser la provincia de Buenos Aires que va a tener que proveer los servicios y recursos que se requieran porque, a pesar de estar a 300 km de la costa, la población más cercana es la provincia de Buenos Aires. Así que las industrias de la provincia de Buenos Aires (la industria marítima, la metalúrgica, la de producción de equipos e insumos, etc.) se van a ver muy beneficiadas. Somos la única carrera de Ingeniería en Petróleo en la Provincia de Buenos Aires, así que este proyecto es una oportunidad para nuestros ingenieros. Ninguno de nuestros ingenieros y estudiantes tiene interés en devastar el planeta, al contrario, tienen interés en el desarrollo sustentable de la matriz energética, la energía y la economía en la Argentina, y para eso los estamos formando.

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